Economía de Capital o Sentido Común aplicado a las Inversiones en la Empresa
Para algunos autores, gestionar las inversiones de forma rentable
descansa sobre unos principios: son los llamados principios de economía
de capital. La economía de capital es ante todo un enfoque práctico a
los problemas. Persigue incrementar la rentabilidad de la empresa con la
inversión mínima, y soslayar el cuello de botella financiero, que como
sabemos, es un factor limitativo importante de la expansión empresarial.
Por ejemplo, una idea equivocada suele ser pensar que la mejor solución
de tipo técnico es al mismo tiempo la mejor solución económica, o si
tenemos que alcanzar unos objetivos, no hay que discutir el precio de
los medios. Los medios (y más exactamente el valor financiero de los
mismos) son un factor a comparar con el rendimiento para obtener la
rentabilidad; la perfección técnica no corresponde necesariamente con el
óptimo económico y desde luego, con lo que puede ser más conveniente
para la empresa en una situación concreta.
Estas ideas de “economía de capital” han sido sintetizadas en algunos principios prácticos de actuación. Son los siguientes:
PRIMERO.- Intentar siempre realizar una producción mayor sin un
incremento sustancial del equipo existente, aprovechando mejor los
medios actuales. Disminución de tiempos muertos de producción, trabajar
en turnos de noche, mejores métodos de trabajo y organización que
permitan mejorar productividad, herramientas y equipos anexos que
permitan incrementar la producción con poca inversión, etc.
SEGUNDO.- Negarse a poseer, y por lo tanto, a financiar, nada más
que los medios necesarios y esenciales para la actividad de la empresa.
Evitar inmovilizado extra - funcional y anti- funcional en el balance
de la empresa.
TERCERO.- Buscar y utilizar los medios de “rejuvenecer” los
equipos existentes a fin de prolongar en la medida de lo posible la vida
útil de los mismos.
Ello puede permitir a la empresa mejorar su Fondo de Maniobra al
no tener que invertir en inmovilizado, mejorar su rentabilidad económica
al prolongar la vida de las máquinas e instalaciones, e incluso en
ocasiones, conseguir un plazo “adicional de tiempo de decisión” para la
elección del nuevo equipo, lo que puede permitir a la empresa la
adquisición de una equipo más avanzado, más barato, etc.
CUARTO.- Si es del todo necesario comprar un equipo, buscar la solución más equilibrada en todos los aspectos.
Descartar los proyectos demasiados perfeccionistas y ambiciosos y
no hacer inversiones que no respondan a las necesidades actuales de la
empresa.
Cierto que debe tenerse una cierta visión a largo plazo, pero
nunca un futuro tan lejano que cuando se alcance, el equipo adquirido ya
sea obsoleto.
QUINTO.- No decidir ninguna inversión de importancia más que
después de un estudio completo y riguroso, lo que supone, evaluar tanto
técnicamente como económicamente y financieramente la inversión que se
piensa realizar. Este estudio debe ser realizado con la intervención de
las distintas áreas de la empresa involucradas (producción, ventas,
finanzas, etc.),y por supuesto, evaluar adecuadamente la oportunidad de
la inversión.
Estos principios de economía de capital, deben combinarse y completarse
con los siguientes principios de gestión financiera, en relación con las
inversiones.
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